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El vehículo eléctrico ha logrado, en apenas unos años y gracias a la irrupción de innovadoras marcas especializadas, despejar toda duda acerca de su vital importancia como actor protagonista en la descarbonización del transporte, así como afianzar su posición como la gran alternativa a los vehículos de combustión. Esta nueva realidad, ya vital y presente en las estrategias de los grandes fabricantes de vehículos, está causando una revolución en los países tradicionalmente productores de vehículos y en aquellos que optan a serlo. A los cada vez más anuncios sobre nuevos modelos eléctricos se suman, en paralelo, anuncios sobre múltiples inversiones para levantar fábricas de componentes para estos vehículos, entre las que destacan, muy por encima del resto, las fábricas de baterías para automóviles en España.
Sorprendía, hasta no hace tanto, la ausencia de noticias sobre este tipo de inversiones en España, segundo país por producción de vehículos en Europa y noveno del mundo; además de un agente clave dada su estratégica reserva de tierras raras -de las más importantes a nivel europeo-, fundamentales para la fabricación de estos componentes eléctricos. Las noticias de nuevas fábricas a lo largo y ancho de Europa aparecían día sí y día también, sorprendiendo la irrupción de países como Noruega y Suecia, aunque no tanto si se tiene en cuenta la gran importancia del vehículo eléctrico en sus consumidores. Mientras tanto, el país ibérico parecía permanecer inmóvil ante esta situación; pero este estado de quietud ha llegado a su fin desde hace unos meses, cuando múltiples proyectos de fábricas de baterías eléctricas en España han copado los titulares en diferentes medios de comunicación. Varios consorcios público-privados, empresas, asociaciones del sector o instituciones han levantado la mano para mostrar su interés en el desarrollo de diversos proyectos para apoyar la reconversión de una industria tan importante en el PIB del país (10% del total), llenando el mapa de iniciativas para hacer de España un país que apuesta por la descarbonización del transporte. Y más si se tienen en cuenta que los planes de recuperación económica para combatir la profunda huella dejada por la COVID-19, tanto a nivel europeo como nacional, pasan por la apuesta por esta tecnología, entre otras.
Para esto, ha sido fundamental prever una partida de 13.000 millones de euros -10.000 dependiendo de la fuente-, provenientes de dichos fondos de recuperación europeos, que tratarán de atraer inversiones de carácter público-privada con los principales agentes del sector, muy focalizados hasta ahora en las inversiones es Francia o Alemania, donde la industria automovilística es también crucial.
Así, la industria ha celebrado el anuncio por parte de Seat, parte del Grupo Volkswagen, de contar, para el año 2025, con una capacidad de producción de 500.000 coches eléctricos al año en su planta de Martorell, lo que ha ido acompañado también de la noticia sobre una fábrica de baterías por parte de Volkswagen, que supone la primera piedra del largo camino hacia una industria dirigida a cubrir toda la cadena de valor del vehículo eléctrico. Además, Stellantis -el gigante fruto de la fusión entre iguales del ítalo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles y el francés Groupe PSA- se encuentra trabajando en levantar una fábrica de baterías eléctricas en el país, donde cuenta con varios de sus centros de fabricación de vehículos más importantes.
A estos hitos, fundamentales para la creación de riqueza y empleo, se suman diferentes proyectos aún por definir, aunque no todos podrán contar con la inversión necesaria para convertirse en realidad. Veamos cuáles son los principales proyecto para la fabricación de baterías para automóviles en España y el estado de cada uno.
Principales proyectos de baterías para automóviles
Uno de los proyectos más importantes, que es en realidad un consorcio conformado por diferentes empresas, es el conformado por la alianza Battchain, con un volumen aproximado de 1.200 millones de euros para desarrollar de forma íntegra baterías eléctricas en España. Esta iniciativa incluye desde la extracción de los minerales hasta la producción de las baterías, que se hará en la mina de San José de Valdeflórez (Cáceres), la producción de las celdas en estado sólido en un lugar aún por decidir en el País Vasco (gana posibilidades la opción de Álava), el ensamblaje en la planta de Nabbat en un lugar por confirmar de Navarra, el montaje de una parte de la producción -la otra parte iría destinada a los grandes fabricantes de vehículos- en la fábrica de la empresa Scoobic en Dos Hermanas (Sevilla), y su reciclaje en la planta de Beeplanet en la localidad de Noain (Navarra).
Así las cosas, este grupo de empresas lideradas por EIT InnoEnergy, podría crear 1.700 empleos directos y 12.000 indirectos gracias a una facturación estimada de entorno a 2.400 millones de euros al final de esta década. Esta alianza ha logrado romper la falta de cooperación y colaboración entre comunidades, uno de los principales escollos para un macro-proyecto de este estilo, integrando diferentes proyectos como el de Basquevolt, Battery Packs, Scoobic o Nabbat en una propuesta conjunta y diferencial.
Uno de los proyectos que mayor expectación han levantado es el citado anteriormente y que aúna las fuerzas de Seat (Grupo Volkswagen), Iberdrola, Telefónica, Caixabank y el Gobierno de España a través de un consorcio público-privado para levantar una gran fábrica de baterías en Catalunya. El anuncio, lanzado en marzo por la Ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha situado las antiguas instalaciones de Nissan en Barcelona como una de las posibilidades para albergar esta nueva planta, siendo la otra posibilidad la propia planta de Martorell de Seat, que albergará una línea de producción de vehículos eléctricos.
Sea como fuere, este proyecto, que contaría con un presupuesto valorado cerca de 5.000 millones de euros, promete convertirse en uno de los más importantes a nivel industrial en los próximos años para el país, contribuyendo además a paliar el cierre de algunas industrias de la zona, como la propia Nissan. Pese a ello, actualmente el proyecto parece estar en el aire debido a varios factores, por lo que aún es una incógnita si finalmente se llevará a cabo o no.
Phi4tech se trata de un proyecto integral de almacenamiento energético que rondaría los 1.000 millones de euros y generaría un total de 1.600 puestos de trabajo, poniendo a Extremadura en el mapa de la industria automovilística gracias a una capacidad de 2 gigavatios hora al año en 2023, aumentando hasta 10 para 2025, e incluso duplicándola hasta 20 en el año 2027. Esta iniciativa, anuncia por la ministra de Industria, Comercio y Turismo el pasado mes de marzo, estaría asociada a las minas de litio de Las Navas (Cáceres), explotada por Lithium Iberia, así como la mina de Aguablanca. Materias primas que se tratarían en una fábrica de cátodos que la propia Phi4tech construiría en Cáceres.
La presencia de Stellantis -el gigante fruto de la fusión entre iguales del ítalo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles y el francés Groupe PSA- como uno de los grandes fabricantes de automóviles en España ha dado fruto a postular a la Zona Franca de Vigo como una de las posibles ubicaciones para una de sus futuras fábricas de baterías para automóviles en España (aún está por definir su presencia en varios proyectos).
En este sentido, el Consorcio de la Zona Franca de Vigo ha mostrado su interés al Gobierno de España para postular Plisan de Salvaterra-As Neves como la ubicación ideal para estas pretensiones, que podrían traducirse en una factoría con capacidad de producción inicial de 2 GWh, logrando los 16 GWh en su fase final, y un total de 300.000 baterías eléctricas anuales gracias a la inversión de 151,7 millones de euros.
Esta alianza bajo el amparo de la Generalitat Valenciana, con el apoyo destacado de empresas como Ford y Power Electronics, está trabajando en un proyecto para la construcción de una giga-factoría en territorio valenciano que supondría una inversión de 2.000 millones de euros y la creación de 30.000 empleos, además de apuntalar la continuidad de la fábrica de Almussafes y su industria auxiliar. Así, esta iniciativa se ha presentado a una de las convocatorias avaladas por Industria para los fondos Next Generation EU.
El pasado septiembre Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, anunció el interés de la compañía francesa IDEC en emplazar una nueva fábrica de baterías para automóviles eléctricos en la región. Así, este anuncio, que llegaba con la promesa de cerca de 3.000 puestos de trabajo, parece avanzar tras la visita, el pasado enero, de una comitiva de la compañía, aunque todavía está por definir.
El emplazamiento de la fábrica podría ser el futuro Polígono de La Pasiega, del que esta nueva planta podría ocupar 200 hectáreas, siendo 50 de ellas para empresas auxiliares.
Si bien hemos hablado de diferentes proyectos de factorías para producir baterías para automóviles, estas necesitan de personal cualificado en el sector. Un testigo que el proyecto Battery Academy parece haber recogido tras anunciarse que España formará a 150.000 profesionales en este ámbito -se estima que en Europa será necesario que 800.000 personas estén formadas en estas labores para finales de 2025-. Este hito vio la luz durante el European Battery Alliance Day, celebrado en Madrid el pasado 19 de mayo, y ante la presencia del vicepresidente para las Relaciones Institucionales y Prospectiva de la Comisión Europea, Marco Sefcovic, y el secretario general de Industria y Pequeñas y Medianas Empresas del Gobierno de España, Raúl Blanco.
Para ello, España será el primer país europeo donde se despliegue la EBA250 Battery Academy, una plataforma de formación para todos los empleos necesarios en la cadena de valor de las baterías, según informa Europa Press.
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