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La eólica de EEUU, que ya encara el curso con el optimismo de un cambio de tendencia gubernamental en cuanto a política energética se refiere, mira al año anterior para descubrir este como el mejor de su historia. Y es que,, pese a la negativa irrupción del COVID-19, 2020 se ha convertido en el mejor curso de la historia para la energía renovable de este tipo para el país norteamericano, que ha añadido un 85% más de capacidad de generación eléctrica. Esto se traduce en que la electricidad producida por el viento suma 17G W más de capacidad instalada, llegando a la nada desdeñable cifra de 122 GW totales a disponibilidad del consumidor estadounidense.
El informe «American Clean Power Market Report 2020«, responsable de aunar esta información de vital importancia para conocer el estado de la energía renovable en EEUU, apunta a un histórico repunte del sector en el último cuatrimestre del 2020, cuando se instaló más energía eólica en suelo norteamericano que en cualquier otro año de la serie histórica total, salvo 2021. Tal es así que hasta 54 nuevos proyectos eólicos tuvieron lugar en 20 estados diferentes. De todos ellos, destacan Texas, donde se instalaron 2.197 MW eólicos; Wyoming, con 895 MW; Oklahoma, que sumó otros 866 MW; Iowa, añadiendo 861 MW a su red eléctrica; y Missouri, que finaliza el top5 con 786 MW.
La energía eólica instalada durante el año 2020 en Estados Unidos sería capaz de alimentar el consumo generado por 5 millones de hogares. Algo que encuentra aún más repercusión si tenemos en cuenta que el total de los 122 GW de capacidad de generación eólica instalada en la tierra del rock & roll proporcionarían energía eléctrica suficiente para el consumo de 38 millones de hogares. Responsables de todas estas cifras son las alrededor de 60.000 turbinas eólicas que se encuentran operativas en este país alrededor de los 41 estados.
Del total de empresas destacadas en estas operaciones de instalación, despunta General Electric, con un 53% de cuota de mercado; seguida de Vestas, con un 35% de cuota; Siemens Gamesa, con el 10%; y Nordex, que copa el 3%.
Sin embargo, estas cifras no se deben a una anomalía del sector ni mucho menos. Nos encontramos ante un total cambio de tendencia que, al albor de las medidas que la administración Biden pueda tomar respecto al papel de las energías renovables, parece innegable. Y es que las cifras para este 2021 hablan por sí solas: otros 34.757MW de proyectos de energía eólica se encuentran bajo construcción o en un estado avanzado.
Además, el informe «Actualización de la infraestructura energética», emitido por el mecanismo regulador estadounidense en este campo, la Comisión Federal Reguladora de Energía (FERC), afirma que el 25% de la capacidad de producción eléctrica del país norteamericano será renovable en apenas 3 años.
Dicho informe sostiene que las adiciones de energía eólica, contando con aquellas retiradas de equipos cuya vida útil llegará a su fin es este periodo de tres años, supondrán un aumento neto de 26.167 MW; las de energía solar supondrán un crecimiento de 22.593 MW; y el gas natural alcanzará los 21.822 MW.
Esta tendencia iría de la mano de la eólica europea, cuyo 2021 apunta a un crecimiento del 13% gracias al plan de transformación energético de la Unión Europea para combatir las cicatrices provocadas por la crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia de la COVID-19, que aún parece lejos de cesar sus daños.
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