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Corría el año 1996 cuando, por primera vez en la historia de España, los primeros parques eólicos aparecían como fuente alternativa de suministro eléctrico a las entonces predominantes centrales tradicionales.
Fue en Navarra, concretamente en la sierra de El Perdón, habitual escenario de ciclistas y senderistas. Allí, tras dos fases de instalación que sumaban 20 megavatios de potencia instalada, los primeros aerogeneradores entraban en funcionamiento. Inaugurando una nueva época en la generación energética.
De este proyecto pionero, desarrollado por Acciona, han pasado ya más de 20 años. Y es ahora cuando toca poner sobre la mesa una estrategia para el mantenimiento de estos parques eólicos. Más que nada por el presente en el que las renovables, en particular la eólica, ya no son instalaciones jóvenes.
Lejos de ser un problema sólo de España, esta preocupación también se ha materializado en otros dos países. En su día, al igual que en el caso español, fueron punta de lanza de la energía eólica: Alemania y Dinamarca.
Y es que, según recuerda la Asociación Empresarial Eólica (AEE) en su blog – somoseolicos.com-, en el año 2030, el 50% de todos los parques eólicos instalados en Europa -suman 164 GW de potencia- estarán en la misma situación que El Perdón. Alcanzando o sobrepasando los 20 años de vida.
Esto afecta especialmente a los intereses daneses, alemanes y españoles. Que son los que cuentan con las instalaciones más veteranas. Y que, por lógica, serán de nuevo pioneros.
Aunque, en esta ocasión, en materia de regulación e investigación sobre su vida útil. Tal es la necesidad que para 2020 la mitad de los generadores españoles habrán superado los 15 años. Aproximándose a la cifra que a priori marca el fin de su vida útil.
Si bien la situación requiere de una pronta actuación, especialmente en materia de legislación europea, desde la AEE recuerdan que «el hecho de que, en muchos casos, los activos estén en buenas condiciones de operación -junto con la falta de una regulación clara y homogénea sobre la repotenciación en el continente- está derivando al sector hacia una tendencia natural: la extensión de la vida de los parques eólicos«.
Este alargamiento de su vida útil puede traducirse, además, según argumenta la propia asociación, en un incremento en el rendimiento de los parque eólicos.
Así, los promotores calculan que en el caso de un parque eólico de quince megawatios, el rendimiento podría elevarse hasta en dos puntos básicos al extender su vida en 10 años. Lo que potenciaría todavía más su competitividad como fuente de energía sostenible, renovable y asequible.
Además, lejos de existir una barrera tecnológica que impida prolongar el uso de estos veteranos parques, desde la AEE recuerdan que «los fabricantes con presencia en España cuentan con soluciones innovadoras para el alargamiento de vida que ya están aplicando con éxito«. Algo que respaldan desde compañías como Siemens-Gamesa.
Con motivo de esta situación, durante los próximos días 19 y 20 de septiembre, tendrá lugar una cita en Madrid en la que se pondrá sobre la mesa la problemática y posibles soluciones al respecto.
Así, durante la «II Jornada Internacional sobre extensión de vida de parque eólicos«, que se celebró el pasado año su primera edición, los profesionales de sector debatirán sobre temáticas como:
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