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Hubo un tiempo en el que el futuro del vehículo eléctrico se contemplaba como un automóvil rupturista con los diseños conocidos. Como si la industria de automóvil se estuviese preparando para la mayor revolución jamás conocida en su mercado. Más centrada en el diseño que en acabar con el impacto medioambiental fruto de la combustión del petróleo.
Si bien esta revolucionaria visión del futuro del vehículo eléctrico parece estar llegando a cuentagotas. Esos diseños rompedores, que más que prácticos parecían sacados del último blockbuster de ciencia ficción, no acaban por aterrizar en un mercado conservador.
Por el contrario, vehículos de motor híbrido (eléctrico y de combustión) están irrumpiendo en el parque automovilístico. Con diseños modernos y adaptados a las necesidades de movilidad de ciudades cada vez más grandes.
Así las cosas, y dejando atrás la ciencia ficción, el futuro del coche eléctrico se cimienta sobre dos grandes pilares que la industria debe afianzar para conseguir sobreponerse a los actuales motores de combustión:
Ambos factores, según tendencias de mercado, parecen ser los decisivos a la hora de dar el salto definitivo hacia un vehículo que, amén de comportarse de manera responsable con el medio ambiente, pueda resultar atractivo para el consumidor final.
Más allá de las tendencias, existe un dato esclarecedor al respecto: el 80% de las personas desearían tener un coche eléctrico. Pero motivos como el precio elevado, la incapacidad de recarga y la escasa duración de las baterías hacen que sólo el 2% de las ventas anuales de vehículos en España se correspondan con coches de este tipo.
Pero, vayamos al detalle. ¿Qué perspectivas de crecimiento contempla el mercado del vehículo eléctrico?
Con el Model 3 de Tesla arrasando en ventas, incluso antes de salir, lo que queda claro es que existe un interés por una alternativa más ecológica a la hora de elegir el vehículo que nos llevará al trabajo o a pasar un fin de semana en la costa.
Si bien es cierto que las cifras de ventas de coches eléctricos son, todavía, muy bajas, el mercado parece estar abriendo su nicho a través de los coches híbridos. Que combinan motor a propulsión eléctrica con motores de combustión.
Con un aumento de ventas, en España, del 177% de los vehículos eléctricos, y del 72,9% de los híbridos, la tendencia ascendente es clara. A pesar de que ambos simplemente representen el 0,22% y el 2% de las ventas anuales de vehículos en el país.
Pero, ¿qué dicen los expertos? Un reciente informe de Bloomberg New Energy Finance, arroja luz sobre el asunto poniendo fecha a lo que ellos llaman «Revolución del vehículo eléctrico». Será en 2022 y vendrá capitaneada por el descenso de precios tanto de las baterías como de los propios vehículos. Si bien la revolución será en el 2022, para 2040, la venta de vehículos eléctricos, a escala mundial, alcanzará los 41 millones de unidades, representando el 35% del total, 90 veces la cifra actual.
Para entonces, el 25% de los coches que circularán por las carreteras, serán ya eléctricos, lo que supondrá mudar un gasto de 13 millones de barriles de petróleo diarios al consumo de 1,900 TWh de electricidad, una nada desdeñable cifra si tenemos en cuenta que supone el 8% de la actual demanda eléctrica diaria a escala global.
Lo que pagamos por un vehículo eléctrico está directamente relacionado con el coste de la batería, que llega a suponer entre el 30-50% del precio final del coche, por lo que la mejora de su eficiencia y la reducción de costes en lo que podemos considerar el corazón del vehículo serán el empujón final para el futuro del vehículo eléctrico y su consolidación.
Así las cosas, desde 2010 el precio de una batería estándar para un coche eléctrico ha sufrido un desplome del 65%, llegando a alcanzar un precio de 350 dólares por kWh, aunque lejos todavía de los 120 $/kWh que se esperan alcanzar en 2030.
FUENTE: BLOOMBERG
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