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La infinidad de dispositivos que, de una manera ajena a nuestros ojos, actúa en nuestro día a día para garantizar nuestro suministro eléctrico resulta abrumadora si lo pensamos detenidamente. Este conjunto de elementos es comúnmente denominado aparamenta eléctrica –aparataje eléctrico o aparallaje en algunos países de habla hispana- y supone una maraña de sistemas, perfectamente intercomunicados, que se encuentran presentes en el viaje de la energía eléctrica desde su generación, pasando por su distribución, y acabando en su posterior consumo en los puntos de destino. Sin embargo, y pese a su papel crucial para hacer de lo maravilloso algo cotidiano, no somos conscientes de qué elementos forman parte de esta aparamenta ni de cómo interactúan entre sí. Hoy queremos ponerle remedio explicando esta y otras cosas. Vamos a por ello.
Como decíamos, la aparamenta eléctrica se podría definir como el conjunto de dispositivos – con desarrollos tecnológicos de diferentes niveles- que controlan, mandan, miden, protegen, transforman y distribuyen la energía eléctrica de manera segura y eficiente, garantizando mediante su rol particular que nuestros hogares, centros de trabajo, industrias, infraestructuras críticas, sistemas de transportes o centrales de generación eléctrica puedan funcionar con total normalidad. Estos desconocidos elementos, que pueden ser de instalación exterior o interior según dónde se encuentren y sus funciones, son los que garantizan que la electrificación de la sociedad sea una realidad, favoreciendo además la inserción de las energías renovables en nuestra lucha contra el cambio climático. Detrás de cada voltio con el que encendemos la luz, alimentamos nuestros electrodomésticos, cargamos nuestro vehículo eléctrico, o aseguramos la preservación de nuestros alimentos, se encuentra un dispositivo tecnológico que lo hace posible.
Estos sistemas se encuentran distribuidos a lo largo y ancho de nuestros paisajes: cableados que atraviesan nuestros campos para conducir la energía a las ciudades, subestaciones que pueblan las afueras de industrias o poblaciones, centros de transformación prefabricados de hormigón en y bajo nuestras aceras, cuadros de baja tensión cercanos a nuestros hogares… En definitiva, todo un mundo de elementos que en conjunto suponen una de las mayores maravillas tecnológicas de nuestro tiempo y que permitieron la segunda revolución industrial y la conformación de nuestra actual sociedad.
Podemos dividir la aparamenta eléctrica según las siguientes clasificaciones:
Aparamenta y tipo de función
Aparamenta y nivel de tensión
Aparamenta según su emplazamiento
Aparamenta según su protección
Utilizaciones del aparellaje
Como tal, la aparamenta eléctrica está compuesta de una amplísima variedad de elementos tales como cuadros de baja tensión, transformadores, cableado, medidores de energía…
Veamos algunos de los más importantes:
Es por esto que el diseño de los propios elementos y la configuración de la aparamenta eléctrica en su conjunto lo que permite garantizar el suministro de manera confiable.
En este sentido, el presente y el futuro de la aparamenta pasa por garantizar su digitalización y su automatización. Un concepto que, Jose María Torres, director de la división de Smart Grids de Ormazabal, define como “un objetivo primordial para conseguir los objetivos de descarbonización establecidos por la Unión Europea”. Torres sostiene que factores geopolíticos exógenos y de actualidad “han acelerado la transformación de la industria eléctrica hacia un mundo con mayor integración de generación tipo renovable y más sostenible”. Algo en lo que “la Comisión Europea y el Gobierno español, a través del PNIEC, están alineados en la búsqueda de un cambio global hacia la sostenibilidad; un objetivo que compartimos las empresas del sector eléctrico”.
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