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La irrupción del vehículo eléctrico sigue copando titulares en el sector de la energía. Y es que Repsol anunció la pasada semana un plan para alcanzar un total de 1.000 puntos de las llamadas electrolineras, o puntos de recarga para vehículos eléctricos, en los próximos años; garantizando así un punto de suministro eléctrico cada 50 kilómetros en los conocidos como grandes corredores. La compañía, que también anunció hace escasas fechas un acuerdo con Nissan para el despliegue conjunto de 15 puntos de carga rápida en sus estaciones de servicio, activa así un plan de futuro que respalda lo que ya es más que una tendencia y se confirma como una realidad: la candidatura del vehículo eléctrico para sustituir a los tradicionales y contaminantes vehículos por combustión.
La noticia no puede verse como una sorpresa, ya que Repsol ha sido pionera en la implantación de tecnologías relacionadas con el vehículo eléctrico. Ejemplo de ello es la apertura de la primera electrolinera con almacenamiento de energía, que tuvo lugar el pasado mes de febrero en Tolosa, Gipuzkoa. Esta instalación, compartida al 50% con el EVE (empresa pública del Gobierno Vasco), realiza tareas de almacenamiento energético a través de baterías de segunda vida en España. Este sistema permite conocer en qué momento se obtiene potencia de la red para la carga de baterías y cuando de la propia batería de almacenamiento para dar servicio a los vehículos.
Actualmente Repsol cuenta en España con 50 electrolineras de las denominadas de carga rápida y otras 2 de carga ultrarápida.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que las que conocemos como electrolineras de carga rápida funcionan con una potencia igual o superior a 50 kW, es decir, en corriente continua. Es por esto que, para que nuestro coche pueda cargarse, vamos a requerir de más elementos de los que encontraríamos en un cargador doméstico o de baja potencia.
Así, la electricidad llega a las electrolineras a través de la red eléctrica que el proveedor suministra. Es aquí donde diferenciaremos tres elementos principales para la carga de nuestro vehículo:
Vayamos con el primero. El centro de transformación será el encargado conectar la electrolinera a la red de media tensión, cumpliendo con las normativas requeridas por la Distribuidora de Electricidad a cuya red se va a conectar y de transformar la electricidad de la red de media tensión a baja tensión. ¿Por qué es importante este punto? Porque garantiza la operatividad del resto de elementos que aseguraran la carga del vehículo eléctrico y porque es, a su vez, un punto fundamental desde el punto de vista de la seguridad.
Además, los centros de transformación más avanzados ofrecen a las compañías operadoras datos en remoto que permiten conocer cuáles son los consumos, las tendencias de uso, el estado de la red y de sus elementos, permitiéndoles explotar y mantener su red de estaciones de recarga de forma más eficiente. Todo ello garantiza que exista energía a disposición de los diferentes usuarios.
Una vez la tensión está en baja, llega el momento de que el segundo elemento de la ecuación entre en funcionamiento: es el turno del armario conversor de potencia. Este conjunto de equipos cumple la función de adaptar la electricidad, que llega en corriente alterna, a continua, que es la que admiten las baterías de los vehículos eléctricos.
Ahora, que la tensión está en baja y la corriente en continua, llega el turno del elemento más conocido: el poste de carga. Estos postes, con una apariencia y funciones similares a los surtidores que encontramos en cualquier gasolinera, solo que en este caso la energía es eléctrica, son los encargados de transmitir la energía a nuestro coche.
Además, estos nos permiten conocer la energía que la “electrolinera” es capaz de suministrarnos, la que nuestra batería es capaz de absorber, las condiciones de temperatura de la batería y una aproximación del tiempo de carga, además de la gestión del pago. En resumidas cuentas, además de proporcionarnos la energía a través del cable, son nuestro intérprete para que el cargador y el vehículo se entiendan y podamos elegir la mejor opción de carga.
Pese a que España es aún un país que tiene pendiente hacer más común este tipo de tecnología, en la provincia de Bizkaia cuentan con la estación de carga para vehículos eléctricos más potente de todo el sur de Europa.
Esta estación, promovida por Repsol, es capaz de entregar, a través de sus cuatro terminales de carga, hasta 400 kilovatios de manera individual. Esto supone que aquellos vehículos eléctricos cuya batería soporte esta potencia máxima estarán completamente recargados entre cinco y diez minutos.
Para esta estación se ha contado con tecnología 100% vasca, destacando el papel que Ormazabal, empresa especializada en las redes eléctricas inteligentes, ha tenido al entregar un centro de transformación al completo para el suministro de energía.
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