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Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno de España, presentó la mañana del miércoles 7 de octubre el llamado Plan de Recuperación Económica de cara a atajar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia provocadas por la COVID-19. Este plan, que tendrá un gran efecto en la inversión verde española, llega como consecuencia de las negociaciones de los diferentes gobiernos europeos en el seno de la institución en Bruselas, y prevé la movilización de un total de 140.000 millones de euros de origen público, que en palabras de Sánchez podrían multiplicarse “hasta 500.000 millones de euros de inversión en el sector privado” como fruto del efecto tractor de las inversiones.
El plan de inversiones, que tendrá lugar en el periodo 2021-2026, se basará en cuatro grandes pilares cuyo fin es «la segunda gran modernización de la economía española», tal y como afirmó el Presidente del Gobierno. La transición ecológica, la transformación digital, la igualdad de género y la cohesión social y territorial serán estos cuatro ejes transversales. Así las cosas, 72.000 de estos millones se desembolsarán en forma de transferencias (a fondo perdido) y el resto tendrá lugar a través de préstamos. Todo ello tiene como fin “aumentar el crecimiento potencial de la economía española por encima del 2%”.
Tras el anuncio de Sánchez, y ya entrada la tarde, los cuatro Vicepresidentes del Gobierno (Carmen Calvo, Nadia Calviño, Pablo Iglesias y Teresa Ribera) detallaron algunas de las grandes líneas de este plan, sobre las que destacará, con un 37% de los fondos, la inversión verde en la economía española. Así, la movilidad eléctrica, la implantación de energías renovables, la rehabilitación de viviendas de cara a su eficiencia energética y la recuperación ecológica se erigen como los principales destinos de esta estrategia. Este compromiso se deriva del acuerdo europeo que dio lugar al programa Next Generation, en el que se puso negro sobre blanco que los países beneficiarios de estos fondos debían destinar esa cuantía a proyectos relacionados con el cambio climático y medio ambiente.
Algunas de las grandes cifras hablan de 250.000 vehículos eléctricos circulando por carreteras españolas para el año 2023, así como la instalación de 100.000 puntos de recarga eléctrica para asentar las bases de este tipo de movilidad eléctrica. Esto irá unido a la inversión en renovables con el objetivo de la neutralidad climática para el 2050 y la renovación y adecuación de medio millón de viviendas para garantizar su eficiencia energética.
El Green Deal y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima como telón de fondo
La inversión verde en España se enmarcará dentro del llamado Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, presentado el pasado mes de mayo y cuyo fin es el fijar las estrategias para la descarbonización de la economía española para el año 2030. Un plan que quedaría reforzado con esta inyección financiera y cuyo faro es el Green Deal, o Pacto Verde Europeo, que pretende convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro para el año 2050.
Este plan fija, como «meta intermedia», el año 2030, para cuando las emisiones se habrán tenido que reducir en al menos un 55% respecto a las mediciones de emisiones obtenidas en 1990 en el territorio de la Unión Europea. Meta que, según las declaraciones de Sánchez, se podría adelantar al año 2023, como resultado de las inversiones.
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