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La generación de energía eólica es un sistema muy dinámico y cambiante. El viento es una fuente de energía difícil de predecir y que cambia de forma constante tanto en velocidad como en dirección.
A esto le añadimos que, a su vez, a la generación eólica se le exige muchísimo nivel de eficiencia -siempre que haya viento suficiente, la instalación debe estar generando energía-, es en ese momento cuando nos debemos hacer una pregunta: ¿cómo podemos maximizar la eficiencia de la instalación y ampliar su vida útil, reduciendo al mínimo los recursos consumidos?
Pues bien, una de las claves será conocer, comunicar y actuar sobre las variables críticas de la instalación.
La tecnología como tal no genera energía ni garantiza una mejor gestión de la misma. Sin embargo, si los elementos del sistema están interconectados y pueden comunicarse entre sí, son capaces de enviar datos veraces sobre el estado de la operación y de la salud de la instalación; para así actuar sobre diferentes factores que influyen en la generación. La información útil puesta a disposición del operador gracias a esos datos recogidos en campo es la herramienta imprescindible.
Visualizar y monitorizar las variables más importantes (corrosión de las torres, desgaste en las palas, descargas parciales…) permite a los responsables de operaciones tomar decisiones y medidas correctoras de forma ágil y sencilla. En el caso de nuestros equipos, punto frontera entre la generación y la red de evacuación de energía, conocer esos datos es más crítico si cabe para el funcionamiento del conjunto de la instalación. En Ormazabal, nuestras soluciones cuentan con sensórica integrada y diseñada para la operación tanto a nivel de explotación como a nivel de mantenimiento. Gracias a ello, podemos observar en remoto y en tiempo real los parámetros eléctricos relevantes, las alarmas o los eventos eléctricos; todo ello alimentando a los sistemas SCADA (Supervisory Control And Data Acquisition) utilizando protocolos de comunicaciones avanzados (IEC-61850) para una mayor interoperabilidad.
Pero esto no es todo. Si además de visualizar datos, somos capaces de tratarlos correctamente, la información que obtenemos es de mayor valor para el usuario final. Por ejemplo, podemos diseñar planes de mantenimiento predictivo ad-hoc a la realidad de cada instalación, consiguiendo una planificación más eficaz de los servicios de reparación y reduciendo paradas no programadas. Esto no sólo se traduce en una reducción de costes de dichos servicios, sino en una extensión de la vida útil de los activos del parque y en un mayor rendimiento del mismo.
Un sistema inteligente como el descrito es un sistema que siente y se comunica. Un sistema así es necesario para reducir el LCOE (Levelized Cost Of Energy) y gestionar la creciente generación de energía eólica y de otras fuentes de generación renovable de forma ordenada y sostenida en el tiempo. En definitiva, la digitalización es esencial para alcanzar los retos de la industria de generación basada en energías renovables y en particular de la industria eólica.
Nestor Ajuria. Global Renewables Manager
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